Guerra sucia

El Santo Padre ha pedido a sus curas y cardenales que lleven una vida irreprochable. Sin virtud no se alcanzan nunca logros verdaderamente importantes, y la mancha debilita porque vives más pendiente de disimularla que de cumplir con tu cometido.

Algunos periódicos catalanes se quejan estos días de la supuesta guerra sucia del Estado contra Cataluña. Y ponen de ejemplo los turbios asuntos relacionados con la familia Pujol aparecidos en diversos informes policiales.

La guerra sucia contra Cataluña no es elaborar ni publicar estos informes, sino lo que el ex presidente Pujol permitió que hicieran sus hijos. La guerra sucia contra Cataluña fue la monumental estafa con la que Pujol engañó a los nacionalistas de buena fe, haciéndoles creer en grandes épicas que él de antemano había pactado con el Estado limitarse a marear la perdiz a cambio de impunidad para sus hijos y de que a él no le discutieran el estatus.

La guerra sucia contra Cataluña es que como mínimo dos hijos del ex presidente Pujol se hayan acogido a la amnistía fiscal y que Mas tuviera firma en la cuenta extranjera y opaca de su padre mientras fue consejero de Economía. Esto es justo lo contrario de llevar una vida irreprochable y la falta de virtud es siempre lo que te acaba condenando.

Por lo demás, un periódico tiene que contar noticias y procurar no caer en esta ridícula defensa del honor de falsas doncellas que llevan décadas haciendo la carrera y que luego se hacen las estrechas. No hay guerra sucia que puedan hacerte que no te hayas hecho previamente tú mismo.

El periódico que más ha insistido en la denuncia de estas supuestas maniobras ha sido el minoritario Ara, que contando todos los ejemplares que regala consigue sólo llegar a los 13.000 diarios. Este periódico, que se montó a golpe de subvenciones cuando todavía ERC estaba en el poder, continúa cobrando ahora de Convergència a cambio de sus ridículos panfletos intentando salvar el devastado honor de una formación política que siempre se ha definido como católica pero, como denunció el Papa Emérito, «instrumentalizando a Dios en beneficio propio».

Es sin duda atrevido que Ara hable de guerra sucia cuando la más sucia guerra de los últimos tiempos contra los catalanes fue el modo que tuvieron de financiar este periódico sus accionistas más mediáticos. Todos ellos y sus respectivas productoras fueron contratados por TV3 cuando la directora del ente público era Mònica Terribas, cercana a ERC. Las cifras de estos contratos fueron astronómicas, muy por encima del talento de sus beneficiarios, y constituyeron una auténtica operación de blanqueo de dinero público para crear un periódico privado. Cuando CiU llegó al poder y Mònica Terribas fue cesada como directora de TV3 -¿guess what?- fue fichada como consejera delegada del Ara.

¿También es guerra sucia este artículo? ¿Qué es guerra sucia? ¿Al Capone o Eliot Ness? ¿Tener subvencionados a todos los periódicos catalanes para asegurarse la omertá o tratar de romper esta omertá? ¿El diario Ara con su vergonzosa financiación y los panfletos todavía más vergonzosos que escribe a cambio, o contar lo que está pasando?

El Papa Francisco lo ha dicho: «Quien no ora a Cristo, ora al diablo».